La Prueba de Esfuerzo es un examen diagnóstico clave que evalúa cómo se comporta el corazón bajo condiciones de actividad física incrementada. Este estudio es especialmente útil para identificar posibles problemas de flujo sanguíneo en el corazón que podrían no ser evidentes en reposo. Al someter al corazón a un esfuerzo gradual, se puede observar cómo bombea con más fuerza y rapidez, lo cual ayuda a los médicos a detectar irregularidades como bloqueos o arritmias que podrían indicar enfermedades cardíacas subyacentes.
En Imagen Diagnóstica, la prueba se inicia con la colocación de varios electrodos en el cuerpo del paciente, los cuales están conectados a una máquina de electrocardiografía (ECG). Estos electrodos registran la actividad eléctrica del corazón mientras el paciente camina en una máquina de ejercicio. La velocidad e inclinación de la máquina se incrementan progresivamente bajo la supervisión de personal capacitado, hasta alcanzar el nivel de esfuerzo requerido o hasta que el médico indique detenerse. Esta metodología permite evaluar de manera efectiva la capacidad del corazón para manejar el aumento en la actividad física.
Cita previa y orden médica: Necesario agendar cita y presentar una orden médica de un internista o cardiólogo.
Preparación: Ayuno completo, prueba solo por las mañanas.
Vestimenta adecuada: Ropa cómoda y tenis, mujeres con top deportivo sin metal, hombres con pecho depilado.
Medicación: Suspender medicamentos para taquicardias 4 días antes de la prueba.
Colocación de electrodos: Electrodos conectados a un ECG para monitorizar la actividad cardíaca.
Inicio gradual: El paciente comienza a caminar a una velocidad baja en una máquina de ejercicio.
Incremento de intensidad: Aumento progresivo de la velocidad y la inclinación.
Monitoreo constante: Observación continua por parte del personal médico durante la prueba.
Finalización: La prueba termina cuando se alcanza el nivel máximo de esfuerzo o por indicación médica.